
Si una persona intenta dar un golpe de estado al gobierno estadounidense, ese instigador no debería poder volver a tener una plataforma pública. Sin embargo, parece que Keri Hilson no está de acuerdo con esta consecuencia aparentemente lógica.
Mientras las redes sociales celebraban la prohibición de Twitter de Donald Trump, Hilson recurrió a Instagram donde cuestionó si era ético limitar la 'libertad de expresión' del presidente en funciones.